Esta semana os traigo la segunda parte de mi Abecedario del Japón fantástico. Puedes leer la primera parte aquí. Es una entrada llena de información y quizá un poco más larga de lo normal. Tómate tu tiempo y disfrútala. El último párrafo pertenece a mi Proyecto Kitsune, puedes ver de que va en este link.

 

Mahotsukai

Un mahotsukai es una bruja o un hechicero peligroso, como los que podemos encontrar en otras culturas. Una mujer que vive en el bosque, joven o anciana, llena de maldad y que ha hecho algún terrible pacto con seres demoníacos. Su aterradora figura aparece en multitud de cuentos y relatos, películas, series y videojuegos. Una de las que me han parecido más perturbadoras es la bruja de Trono de sangre, una versión japonesa de Macbeth dirigida por Kurosawa Akira. Es realmente inquietante. 
ha ganado bastante fama el anime Maho Tsukai no Yome. En el clásico juego de cartas y de rol Leyenda de los Cinco Anillos, los mahotsukai y la magia de sangre juegan un papel fundamental. También aparecen en Shirukuni, donde quise darles una perspectiva diferente.

 

Ningyo

Ningyo significa literalmente “pez humano” y en ocasiones se traduce por “sirena”, aunque no es exactamente igual a la sirena escandinava o las nereida. Antiguamente se le describió como una criatura con boca de mono, pequeños dientes de pez, escamas doradas y una melodiosa voz aflautada.

 

 

La historia más popular acerca de esta criatura es el Yao Bikuni. Hace ya mucho tiempo, en la provincia de Wakasa un pescador capturó un pez muy extraño, en toda su vida jamás había visto algo así y quiso cocinarlo para que sus amigos lo probaran. Uno de los invitados descubrió que el animal tenía rostro humano y advirtió a los demás para que no comieran. Sin embargo uno de ellos, ebrio por el sake, cogió su parte y se la llevó. Una vez en casa, se la dio a su hija que se comió toda la ración. Los años pasaron y la niña creció con normalidad, pero una vez llegó a la edad adulta dejó de envejecer, enviudó una y otra vez, hasta que decidió convertirse en monja y falleció a los ochocientos años de edad.

 

Oni

A veces el oni es considerado un tipo de yokai y a veces una criatura aparte. Hay diversos tipos y suele traducirse como demonio, ogro o trol. Las descripciones son múltiples y muy variadas, pero predomina la imagen de criatura grande, con la piel roja, calva o con una larga melena revuelta y cuernos. Historias tradicionales sobre oni hay muchas, pero os traigo una más actual, una canción de llamada Oni to Musume (El oni y la doncella) de la que no he podido averiguar la autoría. Si lo sabes, por favor, avísame.

 

La canción cuenta la historia de una mujer ciega que se pierde en el bosque y llega a la cabaña de un oni azul de buen corazón. Pasan la noche juntos y se enamoran. Al despedirse, ella le promete que volverá, que se acercará al bosque y esperará su llamada para reencontrarse. Sin embargo, los aldeanos no ven con buenos ojos esa relación y van a la cabaña del oni, lo amenazan y le hacen jurar que no volverá a ver a la doncella. Entonces, noche tras noche, ella espera en el bosque que el oni la llame. Es una canción extraña pero con mucho encanto, os la dejo para que la escuchéis.

 

Princesa Kaguya

El cortador de bambú es, junto a La historia de Genji, el relato del Periodo Heian más famoso que se ha conservado; pero a diferencia de La historia de Genji, que es una extensa novela, El cortador de bambú es un breve relato, un cuento de fantasía. Sin duda es un referente claro de lo que esta etapa supuso para la historia de Japón a nivel cultural y artístico. Pero en este sentido no me extenderé mucho, pues da para escribir un artículo entero.

 

Aunque lleve el título de El cortador de bambú, la verdadera protagonista de esta historia es la Princesa Kaguya (Kaguyahime). Kaguya fue hallada en una vara de bambú por un hombre mayor; era pequeña, muy pequeña, y emitía un resplendor sobrenatural. La niña, hermosa y encantadora, creció con rapidez y su belleza sobrenatural se hizo famosa. Muchos hombres la cortejaron pero ella los rechazó a todos y, uno a uno, todos los pretendientes cayeron en desgracia. Al final se desvela el origen de Kaguya y su triste destino.

 

Ryu

El ryu, o dragón japonés, es una de las cuatro criaturas divinas japonesas. Las otras tres son el suzaku (similar al ave fénix), el genbu (una tortuga con una serpiente enroscada) y el byakko (el tigre blanco). Sus características físicas difieren mucho de los dragones occidentales, tienen cuatro patas, cabeza de león y por lo general no tienen alas. La creencia de su existencia posiblemente se origine en la aparición de criaturas marinas inusualmente grandes.

 

 

Por lo general, tiene un carácter bondadoso y protector, incluso pueden conceder deseos. Aunque no es así siempre. Uno de los dragones más famosos en Japón es Orochi, un terrible monstruo con ocho cabezas y ocho colas que tenía atemorizadas a varias aldeas; hasta que el dios Susanowo acabó con él.

 

Shinigami

Actualmente los shinigami se han hecho muy populares gracias a algunos anime, como Naruto o Death note, en el que juegan un papel fundamental. También aparecen en Shirukuni, pues me parecieron unas criaturas muy interesantes y decidí que formaran parte de la creación de ese mundo imaginado. Los shinigami son dioses de la muerte que animan o invitan a los humanos a morir; no es que los maten, es que quitan a las personas las ganas de vivir hasta que se rinden a la muerte.

 


Es curioso pero hasta el Periodo Edo (1600-1868) no aparecen muchas historias ni datos sobre los shinigami, momento en el que se le atribuyeron algunos suicidios. En otras ocasiones, más que invitar a la muerte, poseen a la víctima hasta hacerla morir. En las últimas décadas se ha empezado a hablar con más frecuencia del dios de la muerte y comenzó a aparecer en novelas, películas y series, convirtiéndose en un recurso narrativo muy atractivo.

 

Tengu

Las descripciones de esta criatura son de lo más variadas y su nombre, literalmente, significa “perro celestial”. Sin embargo, dado que la palabra es muy similar al término chino “tiangou”, se le suele representar con un aspecto más parecido a un tiangou que a un perro; es decir, con características y apariencia de ave rapaz, como el águila o el halcones. Pueden ser considerados un tipo de yokai, de oni o un dios sintoista y están relacionados con la guerra.


Durante el Periodo Heian se hicieron populares las narraciones en torno a ellos. Eran considerados demonios contrarios al budismo, cambiaban de aspecto y se mostraban como hombres seductores que alejaban a las mujeres de la senda de Buda y las arrastraban al pecado. Posteriormente, en el Periodo Kamakura, se extendió la creencia de que los tengu eran sacerdotes y monjas budistas que se habían alejado del buen camino; habían sido demasiado orgullosos y por eso habían sufrido el destino de convertirse en monstruosos tengu. Aunque en esta etapa también se hace mención al tengu bondadoso con un carácter protector.

 

Ubume

Sin duda, el yokai o yurei más trágico mencionado en este post. La ubume es una mujer fallecida al dar a luz, angustiada y desesperada por no haber cuidado de su hijo, se niega a abandonar este mundo. Se la puede encontrar en los puentes o cruces de caminos sosteniendo a su bebé en brazos. Si te cruzas con ella y se te acerca, no cedas al miedo. Lo más seguro es que te pida que sostengas a su hijo en brazos, hazlo y notarás como el peso de la criatura aumenta más y más hasta convertirse en una estela funeraria. Entonces, puedes devolvérselo a su madre y ella, complacida, te dará las gracias y, con suerte, un regalo.

 

En este sentido, habría que hablar de la presión ejercida sobre las mujeres en el Japón antiguo, pues se creía que si no llegaban a ser madres irían al Infierno de las estériles y las que morían durante el embarazo, al “infierno de la charca de sangre”. Como si fuera culpa suya el morir o no poder engendrar hijos.

 

Wani

Se trata un tipo de dragón marino relacionado con el cocodrilo o el tiburón. Aparece en diversos cuentos, pero principalmente en dos historias muy antiguas de los siglos VII y VIII, la primera es La liebre blanca de Inaba y la segunda en el mito de los hermanos semidioses Hoori y Hoderi. Según las descripciones halladas en libros antiguos, podríamos decir con bastante certeza que se trata de un cocodrilo o alguna clase de anfibio similar.

 


El dios del mar, Watatsume, convocó a todos los cocodrilos y eligió a uno que escoltara a su hija embarazada, Toyatama-hime, y a su esposo, Hoori, desde el palacio del mar a tierra. Justo antes de finalizar el viaje, Toyatama le dijo a su esposo: “cuando un extranjero está a punto de ser recibido en su nuevo hogar, adopta su verdadera forma, por favor, no me mires”. Ella se escondió y él no pudo evitar sentir curiosidad y la espió. Entonces vio como la mujer se convertía en un enorme cocodrilo de ocho brazas de largo; asustado, él huyó y ella se sintió terriblemente avergonzada.

 

Yurei

En este caso, hablamos de una criatura que halla un simil clarísimo en la cultura occidental. Un yurei es un fantasma, un espectro, un alma en pena que vaga por el mundo, normalmente cerca del lugar de su fallecimiento. Son espíritus que tienen cuentas pendientes, que sufrieron muertes traumáticas o injustas, o a los que no se le han dedicado los ritos y oraciones pertinentes. En el arte encontramos representados numerosos yurei, normalmente poseen una figura femenina vestida con un kimono funerario blanco, el cual se cruza dejando el lado derecho por encima del izquierdo. No tiene pies y levita sin hacer ruido.

 

 

Hay varios tipos de yurei, como la ubume o el funayurei de los que ya os he hablado, o los goryo, que son peligrosos fantasmas vengativos y en muchas ocasiones hay que buscar la ayuda de un monje budista o un Onmyoji que lleve a cabo un exorcismo. Su figura me resulta sumamente atractiva, con un aire de melancolía y tristeza propio de la literatura gótica. Es por eso que no me pude resistir y los hice formar parte de Shirukuni.

 

Zashiki-warashi

Y después de hablar de mahotsukai, oni y almas en pena, es hora de hacer mención a una criatura amable y simpática para cerrar este Abecedario fantástico con un sonrisa y un buen sabor de boca.
Zashiki-warashi es un yokai doméstico originario de la prefectura de Iwate, su nombre significa “niño de la habitación” y guarda cierto parecido con el Domovoi ruso. Se trata de un niño o una niña con el cabello cobrizo y, aunque haga alguna travesura, cuidará del hogar y traerá buena fortuna si se siente querido. Sin embargo, si lo ignoras o maltratas, se marchará y tu casa caerá en desgracia.

 

 

Entre sus inofensivas trastadas está el cambiar los objetos de sitio, girar las almohadas o manchar el suelo con ceniza. A veces juegan con otros niños y si intentas enfrentarte a él comprobarás que es sorprendentemente fuerte. Así que ya sabes, si Zashiki-warashi está en tu casa, ten un poco de paciencia y trátalo con cariño, pues te traerá buena suerte.

Y hasta aquí mi Abecedario del Japón fantástico. Espero que te haya resultado interesante. Son innumerables los mitos y leyendas que dan forma al folclore japonés y su historia, es tan difícil abarcarlos todos… Aún así, desde La sombra del kitsune, siempre intentaré llegar tan lejos como me sea posible para acercarte a todas estas criaturas y personajes fascinantes.
No olvides suscribirte y compartirlo en tus redes sociales si te ha gustado, ¡nos leemos la próxima semana!

 

Arrastrando los pies descalzos y mugrientos, el niño vagó sin rumbo por su ciudad abandonada, ruinosa, deshecha. No pensaba, no sentía, su menté flotaba y su corazón se ahogaba en un estado de letargo y ensoñación. Había corrido y jugado en aquellas calles decenas de veces durante años, y ahora le costaba reconocer aquel escenario desolado. Polvo y ceniza y el hedor de la muerte. De pronto vio una luz, un tenue resplandor que le llamó la atención. Apenas tenía fuerzas pero intentó correr hacía él. Atraído por el mortecino destello, ascendió una pequeña colina de escombros. Por alguna razón aquel brillo despertó su esperanza, como si de una estrella caída se tratara, o de un hada. La luz era cada vez más intensa y parecía latir, como llamándolo. Apartó unos montones de papel y un trozo de madera y lo vio, tan resplandeciente que parecía vivo. Jamás había visto un libro igual.

4 Replies to “Abecedario del Japón fantástico Parte II (de la M a la Z)”

  1. Saludos.
    Me ha encantado esta segunda parte del abecedario. Sabes muy bien mi amor por la mitología y aquí hay auténticos tesoros. Algunos los conocía, pero la mayoría no, y me han encantado. Me han impresionado la Princesa Kaguya (quiero saber más sobre ese personaje y su historia) y Ubume. Gracias por enseñarnos la riqueza de los mitos japoneses. Es un placer leerte.

    1. Muchas gracias por tu comentario. La verdad es que la mitología nipona está llena de criaturas y fantasía, hay mucho en lo que profundizar y seguir escribiendo. Gracias por leer. 😊

  2. Me ha encantado conocer a personajes tan curiosos y sus historias son muy interesantes. Da gusto leer así con todo tan bien escrito. Que mal rollito da Mahotsukai y el dragón Wani es una pasada!
    Los Shinigamis son los únicos personajes de todos los que has hablado que conocía, Death note me parece una serie increible.
    Un saludo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *