Resulta extraño hablar de una misma, aunque en realidad al escribir cada artículo o cada capítulo de mi novela estoy exponiendo una parte de mí y, ¡qué leches! Nadie me conoce mejor que yo y soy la persona que mejor conozco.

En fin, empecemos.

Me llamo Miryam y nací en Salamanca hace ya… No, ¡qué aburrido! Vuelvo a empezar.

Mi nombre es Miryam, aunque durante un tiempo me llamaron Ligeia por el bellísimo y romántico relato de Edgar Allan Poe; también me llamaron Anein y ahora firmo como M. H. Isern. Y he llegado a la conclusión que cada nombre marca una etapa importante de mi vida.

Ligeia fue el apodo que usé en un podcast que hice hace años llamado La cueva del vampiro, era muy chulo, de verdad, pero reclamaba un tiempo que en aquella época no podía concederle. Era un magacine de música, cine y literatura de estilo gótico y los locutores éramos vampiros. Fue muy divertido.

Quizá te preguntes por qué me dio por hacer un podcast. Bien, La cueva del vampiro empezó como un trabajo de carrera, estudié Comunicación Audiovisual y la ficción radiofónica me fascinó. En este campo también escribí y grabé con unos compañeros un cuento infantil llamado Polvo y Ceniza. Iba de dos hermanos llamados Polvo y Ceniza que vivían en una cueva de murciélagos muy confortable con su gatito negro Pelusín, secuestrado por el pérfido Dr. Pesadilla. Aquí un dibujillo que hice de los personajes en cuestión al más puro estilo burtoniano.

Porque sí, me encanta dibujar y es algo que estoy retomando. De técnica no tengo ni la más remota idea, pero estoy en ello. Tuve una etapa en la que me enamoré de la obra de Tolkien (y enamorada sigo) y me dio por dibujar a los personajes de su obra, especialmente femeninos; se me da fatal dibujar hombres, lo confieso. Creo que este es el dibujo más bonito que logré hacer de la hermosa Dama Galadriel. Por cierto, en aquel entonces, me hacía llamar Anein por los círculos frikis y roleros, pues Anein fue mi primer personaje de rol, una elfa silvana del Bosque Negro.

Y explorando modos en los que desarrollar mi creatividad entré en una compañía de teatro y después estudié locución y doblaje. Y no se me daba mal, pero no hubo suerte al buscar una oportunidad… Aquí un pequeño fragmento de la Fase del Rubí de Pilar Pedraza que grabé para La cueva del vampiro. Espero que te guste.

A todo esto, ya me había mudado a Barcelona después de vivir unos meses en Madrid. Y asenté la cabeza y todo, bueno, más o menos. Tuve ocasión de conocer un poco más a fondo el mundo de los juegos de rol, sobre todo del rol en vivo. De verdad, si nunca has jugado, no te haces una idea de la poderosa fuente de inspiración que suponen; son nidos de personajes y de historias que cobran vida, sobre todo sin son partidas de inmersión y prima la interpretación. Quizá pienses que exagero y que no es siempre así, en tal caso, he tenido suerte de dar con un núcleo de másters y jugadores muy bueno

En fin, que una se pone a ir a jugar partidas de rol en vivo y claro, tiene que preparar su vestuario y su atrezzo, y yo, que no sabía ni coser un botón, aprendí a hacerme trajes la mar de bonitos y fui a un taller de corsetería del Costurero Real. Incluso tuve la oportunidad de exponer una de mis creaciones en el evento EuroSteamCon, fusionando el estilo japonés con el Steampunk.

Te enseño también un traje del que estoy particularmente orgullosa, lo hice para una partida de Leyenda de los Cinco Anillos; llevaba a una shugenja del clan Dragón, o lo que es lo mismo, una hechicera alquimista muy mística. Fue a raíz de estas partidas por las que me enamoré perdidamente de la cultura japonesa y su historia, especialmente del Periodo Heian y el Periodo Edo. He leído y visto todo cuanto he podido sobre el Japón feudal y la verdad, nunca es suficiente.

Para bien o para mal, no encontré trabajo en mi sector, comunicación, y trabajé primero como vendedora y después como administrativa. Hasta que me quedé en paro. Llevaba años con una trama rondándome la cabeza y con varias ideas para crear un mundo de fantasía. Al principio pensé en ambientarlo en un universo más occidental un poco al estilo Guild Wars, un videojuego que me encanta. Pero dada la atracción que siento por Japón y su historia, decidí crear Shirukuni y después este blog, La sombra del kitsune, para compartir estos mitos fantásticos y mi experiencia como escritora.

Y aquí estoy. Estos son los pasos que me han llevado a donde estoy. Espero que te quedes conmigo y sigas la sombra que deja tras de sí el fugaz y esquivo kitsune.