Esta semana te hablo de una película que es muy especial para mí, Tajomaru (2009) de Nakano Hiroyuki. ¿Y por qué es especial? Fue una de las primeras películas japonesas que vi y desde luego la primera ambientada en uno de los periodos clásicos de la historia de Japón. Entonces no sabía mucho del país del Sol Naciente, no me llamaba demasiado la atención (quién me ha visto y quién me ve, ¿eh?). Unos meses antes había jugado por primera vez al rol, fue una partida de rol en vivo de Leyenda de los Cinco Anillos. Me sentí bastante perdida pero los masters y el resto de los jugadores se portaron genial porque, como os digo, no estaba muy familiarizada con el concepto “samurái”, ni con el protocolo y con todo ese mundo tan distante.
Me encontré con Tajomaru en un momento de mi vida lleno de cambios, era septiembre del 2010, hacía un año que había dejado mi ciudad, Salamanca, para irme a Barcelona; ese mismo año empecé a salir con el que ahora es mi marido y justo ese mes me incorporé a un trabajo nuevo. También era la primera vez que iba al Festival de Sitges, donde proyectaban Tajomaru. Si habéis ido, sabréis que las salas son bastante pequeñas y un poco antiguas (salvo la del Auditori), nada que ver con las salas modernas de los centros comerciales. Y desde luego recuerdo muy bien a los amigos que compartieron ese momento conmigo (sí, sí, masters de los vivos de Leyenda de los Cinco Anillos, iban a coger buenas ideas, seguro). Y fue curioso porque la película me gustó mucho, pero pasado un tiempo la olvidé. Alguna vez aparecía en alguna conversación, pero ya casi ni me acordaba de la trama o los personajes. Hasta que en un viaje a Escocia en el 2013, la encontré en DVD y la compré. Es por eso que no he querido esperar más para hablaros de ella, porque aunque quizá la historia no me resultaran de lo más impactante en su momento, sí despertó mi curiosidad por Japón, su sociedad y su historia y, a partir de ella, fui tirando del hilo y he ido topándome con otras joyas maravillosas. Así que imaginad lo importante que es para mí, aun habiendo pasado casi desapercibida.
Vamos a ello…
¿Quién es Tajomaru?
Tajomaru es un personaje de la película de Rashomon (1950) de Kurosawa Akira interpretado por Mifune Toshiro, así que podríamos considerar esta película una especie de spin off del clásico de Kurosawa, aunque no lo es exactamente. En la película del 2009, aparece un bandido que se hace llamar Tajomaru, pero no es el Tajomaru original, sino otro que mató al que anteriormente se hacía llamar así. Durante décadas, Tajomaru se ha convertido en una figura inmortal y siempre que un hombre lo mata, hereda su nombre y su espada, llamada Namikiri.
Contexto histórico
La trama se desarrolla en la segunda mitad del siglo XV, es decir, durante el Periodo Muromachi, durante el cual se instauró el shogunato Ashikaga y antes del Periodo Sengoku. Durante esta etapa, el país estaba fragmentado y el Shogun compartía poder e influencia con algunos daimyo (señores feudales). Además, la figura del Emperador gozaba de gran importancia y su autoridad no fue puesta en duda (como ocurrió más tarde durante el shogunato de Tokugawa en el que el Emperador quedó relegado y prácticamente vivía prisionero). El shogunato Ashikaga llegó a su fin con Nobunaga Oda, que sentó las bases del posterior shogunato de Tokugawa y la unificación del país. El Shogun que aparece en esta película es Ishikawa Yoshimasa.
Aunque no es una película histórica, sí transcurre en un contexto histórico bien definido y los clanes que aparecen existieron y fueron muy relevantes, como el clan Hatakeyama. Es en este momento cuando empieza a darse forma a la figura de samurái clásica que hoy en día conocemos. Hay que tener en cuenta que aún no se habían prohibido las espadas a todos los que no pertenecieran a la casta samurái (medida tomada por Hideyoshi Toyotomi); el concepto “samurái” como lo entendemos hoy en día, así como su código de conducta, no estaban asentados todavía ni se les daba la importancia que después ganaron durante el Periodo Edo.
¿Pero qué historia cuenta Tajomaru?
Tajomaru es una historia de venganza, amor y ambición, una lucha entre el bien y el mal; entre el poder y la verdadera justicia. Es un dramón en toda regla que quizá te haga derramar alguna que otra lagrimilla.
Todo empieza con unos niños nobles que juegan en las cercanías del castillo en el que viven. Son dos niños, hijos del daimyo Hatakeyama: el mayor es el heredero, Nobutsuna (Ikeuchi Hiroyuki) y el pequeño se llama Naomitsu (Oguri Shun), nuestro protagonista. Y una niña, Ako (Shibamoto Yuki), hija del Ministro del Shogun en la capital. Es primavera y los cerezos están en flor, un hermoso día que se ve alterado porque el castellano del castillo ha encontrado a un niño robando una patata, lo cual merece un castigo, pues como dice el castellano, “hoy roba una patata, mañana una casa; si es ladrón ahora, lo será siempre”. Pero Naomitsu se apiada del andrajoso muchacho, decide acogerlo como criado y le da el nombre de Sakuramaru (Tanaka Kei). Los cuatro niños crecen juntos, casi como hermanos. Y un día que jugaban a los políticos (a qué cosas jugaban, ¿eh?), llega el Shogun. Sakuramaru se queda solo, pues sus compañeros de juegos han de prepararse para la recepción. Y es un momento, una breve escena que me resulta espeluznante, en la que oímos el bastón del Shogun acercándose y su espalda tapando la cara de un asustado “Sakuramaru”, mientras el Shogun dice: “qué encantador…”. Sí, cualquier personaje que se muestre minímamente pedófilo me dará un asco infinito; es evidente que este Shogun no está hecho para caer bien.
Los años pasan. Ako y Naomitsu están prometidos. Entonces el padre de Ako muere víctima de la peste y su cuerpo es arrojado al llamado Foso del Infierno, donde van a parar todos los enfermos. Ako, al ser mujer, no puede heredar el puesto de su padre como Ministro ni la cuantiosa cantidad de oro que se supone que tenía; sino que lo hará su esposo. Y aquí viene el problema. Naomitsu no quiere cargos en la corte ni oro, solo quiere estar con Ako, a la que ama incondicionalmente; pero el Shogun dice que el se case con Ako será quien tenga el oro porque así se hacen las cosas. Entonces, Nobutsuna, exige ser él quien se case con Ako, pues es su derecho como hermano mayor. Naomitsu intenta llegar a un acuerdo con su hermano, está dispuesto a entregarle el oro si le deja casarse con Ako, y Nobutsuna acepta. Sakuramaru, que sigue siendo el ojito derecho del Shogun (por no decir otra cosa) siembra la discordia con mentiras y engaños. Nobutsuna, creyéndose traicionado por su hermano, viola a Ako. Como respuesta, la pareja de enamorados huye y Sakuramaru asesina a Nobutsuna y a sus aliados, haciéndose con el control del clan.
En la huida, Naomitsu y Ako se encuentran con un ronin, un viejo bandido que se hace llamar Tajomaru y que lleva una espada muy antigua, recta y de doble filo, muy distinta a la katana. Naomitsu se enfrenta a él y Tajomaru le da una paliza, cuando despierta descubre horrorizado que Ako que lo traiciona y lo abandona. Entonces, lleno de furia y dolor, Naomitsu logra matar a Tajomaru y toma su nombre y su espada. Pronto se encuentra con un grupo de bandidos entrañables que, al reconocer la espada, lo nombran jefe.
La verdad sobre la traición de Sakuramaru sale a la luz y llega la hora de regresar al hogar y rendir cuentas. Naomitsu descubrirá que la verdad es impuesta por los poderosos y, como dice el Shogun, “la justica se adapta a las necesidades, es un sueño, un fantasma de decepción”.
Personajes
Hatakeyama Naomitsu
Es nuestro héroe, el bueno, el enamorado que solo quiere casarse con su amada y que los dejen tranquilos. Hábil espadachín y mejor persona, pero le tocan tanto, tanto la moral, que se enfada y se pone a buscar venganza, y si hay que llevarse alguna cabeza por el camino, se la lleva.
De la noche a la mañana, su vida se convierte en un drama absoluto; es un personaje romántico cuyo objetivo principal es estar con Ako y, como espectador, quizá te des cuenta de que muchos de sus problemas y pesares se evitarían si tanto él como su amada hablaran claro y fueran totalmente sinceros. Sin buscarlo, se convierte en Tajomaru, el temido bandido de los bosques. Quizá cuando más interesante resulta este personaje es cuando duda y se ve obligado a elegir entre el amor y la lealtad a su familia. Por lo demás, es el clásico héroe de buen corazón al que uno desea que le vaya bien en la vida.
Sakuramaru
El malo, desagradecido y rencoroso. De estos que dices, o el actor es grimoso o lo hace muy bien, porque las ganas de partirle la cara no te las quita nadie. Ambicioso, cruel, y perverso y la risa malvada le sale estupenda. Este hombre, lejos de sentir gratitud y respeto por aquellos que lo sacaron de la miseria; siente envidia y odio pues, por mucho que viva en un palacio, siempre será un siervo.
Siendo justos, hay que decir que ha sido víctima de abusos por parte del viejo Shogun y deja bien claro que ser su juguete no le es nada agradable; quizá esta situación es la que lo lleve a traicionar a los suyos, tal vez piense “¿tengo que ser yo quien aguante esto? pues si he de soportarlo, quiero una recompensa”. No acepta su lugar en el mundo y lucha por lograr un mayor estatus a golpe de espada, mentiras y traiciones. Todo habría ido mejor si no le hubieran enseñado a utilizar una espada porque, por desgracia, la usa muy bien.
Hatakeyama Nobutsuna
Es un hombre que bien sabe cuál es su posición, que es el mayor y que tiene ciertos derechos que su hermano, no, y está dispuesto a todo por que no le quiten lo que es suyo. Cree a Sakuramaru cuando le habla de la traición de Naomitsu y, sin dudar, viola a Ako para hacerla suya y forzar el matrimonio. La violación en sí es repugnante, evidentemente, pero lo es aún más al tratarse de una mujer que goza de su confianza desde niños. Con este acto, Nobutsuna pretende dejar claro cuál es el lugar de cada uno.
Ako
Ako es un personaje hecho para el drama, la bella princesa a la que le ocurren todas las desgracias: muere su padre y ni siquiera puede ofrecerle un funeral en condiciones, es violada por su cuñado, por necesidad se separa de su amado y parece que si no la han matado aún es porque todos están esperando a que desvele el paradero del oro de su padre.
Sin embargo, es más que una princesa desvalida a la que rescatar, nos hallamos ante una mujer valiente que toma importantes decisiones. Cierto es que se mueve en un entorno machista que le corta las alas, su voz tiene poca importancia y está destinada a ser una esposa más. Pero llega el momento y Ako sabe encontrar el valor para proteger a Naomitsu manteniendo la compostura y el aplomo en todo momento. Sin duda, es el icono clásico de mujer japonesa.
Daken y la banda de ladrones
Daken malvive con tres compañeros y, cuando se topan con Naomitsu, el nuevo Tajomaru, lo aceptan como jefe. Son la entrañable pincelada de humor que necesita está película y ofrecen algunas escenas relajadas entre drama y drama. Estos ronin juerguistas son los clásicos Robid Hood, roban a los nobles para ayudar al pueblo que pasa hambre, por eso son queridos entre las clases bajas.
Son quizá los únicos personajes que no son ni buenos ni malos, en general tienen buenas intenciones, pero entre sus actos hay alguno bastante deplorable. Quizá parezcan que forman parte de otra película y que no tienen relación con la trama principal; pero no es así y, llegado el momento, sus actos y testimonios tendrán mucha relevancia.
Música e imagen
Nos encontramos una banda sonora de lo más peculiar, mientras que algunas escenas están acompañadas de música orquestal bastante convencional, otras lo están de piezas bastante modernas, desde baladas pop a rock japonés con estilo californiano. La música que acompaña a los ladrones resulta de lo más chocante y podemos tener, en efecto, la impresión de estar viendo una película totalmente distinta.
Por otra parte, no es un film que alardee de unos grandes efectos especiales porque no los necesita. Hay algún cromakey bastante discreto, vestuario y caracterización correctas y fotografía bonita. Sí hay que destacar las escenas de lucha y las coreografías, son realistas y muy bien trabajadas, dando a cada personaje su propio estilo de lucha acorde con carácter y su experiencia previa.
Espero que te haya gustado el artículo de esta semana y que te animes a ver Tajomaru. Para finalizar te dejo la nueva escena del Proyecto Kitsune. Deja un comentario, comparte y suscríbete si te ha gustado. ¡Nos leemos la próxima semana!
La joven dama había emprendido el viaje aquella misma mañana. El traqueteo del palanquín la mareaba y gustosa habría ido a caballo o a pie; pero aquello hubiera sido un escándalo, una joven de su categoría, cuya familia estaba tan cerca al Emperador… ¡no podía mostrarse como si fuera una campesina! ¿Y qué ocurriría si su pálida piel se quemaba bajo el sol? No podía permitir tal cosa. Viajaba escoltada por cuarenta guerreros que debían llevarla hasta la ciudad Imperial. Tan solo tardarían dos días, pero para ella el tiempo se eternizaba dentro de aquella lujosa caja de madera con cortinas de seda. Quiso asomarse un poco y, a través de la tela, descubrió un hermoso paisaje otoñal; los frondosos árboles lucían sus mejores galas ocres, rojizas y rosadas antes de desnudarse para recibir al invierno. Unos gritos la sacaron de su ensimismamiento, desvió la mirada y descubrió, horrorizada, que un numeroso grupo de bandidos se acercaba al galope esgrimiendo las espadas….