Saludos a todos. Este post supone superar un reto. ¿Por qué? Porque desde abril hasta finales de diciembre he tenido un parón lector terrible, por lo que he sido incapaz de leer nada que no fuera el prospecto de un medicamento. Durante estos meses mi tabla de salvación ha sido el manga Dororo (Osamu Tezuka) y, aun siendo un cómic, me costó concentrarme en él. Pero sospecho que, a consecuencia de la pandemia, el confinamiento y toda esta maldita historia, no soy la única que ha sufrido algo así. ¿No es horrible? Tiempo indefinido en casa y ser incapaz de concentrarse en dos líneas seguidas.
Sin embargo, no hay mal que cien años dure y estas navidades he devorado con ganas un par de libros que tenía pendientes. El primero fue Historias de fantasmas de Japón (Lafcadio Hearn), del cual también compartiré una reseña, y el segundo, Katana: una antología samurái (ediciones Freya). ¿Por qué he decidido reseñar el segundo antes que el primero? Simplemente, por el hecho de que Katana contiene relatos de autores más desconocidos que, cada cual a su manera, trabajan para darse a conocer, así que he preferido darles más visibilidad a ellos; por su parte, el libro de Hearn es ya un clásico sobre el que se puede leer mucho en otros artículos, y más si tenemos en cuenta la fantástica y exitosa edición de Edelvives ilustrada por Benjamin Lacombe.
Por fin puedo leer (¡bien!), y este es uno de los primeros libros que me ha sacado de ese dichoso bloqueo.
Pero a lo que vamos.
Katana, una antología samurái es el fruto de un concurso de relatos organizado por la editorial Freya, que apuesta por la literatura juvenil en castellano. Como ya imaginaréis, la temática me interesaba mucho, pero además de bloqueos lectores sufro bloques escritores y por aquel entonces yo estaba enfrascada en la edición de Katana y brujería. Así que me conformé con comprar el libro en la preventa y no llegué a participar. Si por lo que sea no os llama el tema de las katanas y esas cosas, puede que os atraiga la portada, a mí me parece preciosa, creada por Orikye.
Si no estáis familiarizados con los términos japoneses, no os preocupéis, a lo largo de la antología encontrarás notas al pie y un glosario, ¡así que adelante! A continuación, procedo a comentar un poco cada uno de los relatos que aparecen (sin spoilers, ¡palabra!) para que sepáis lo que os vais a encontrar. Antes de lanzarme a comentar cada relato, quiero felicitar a los autores y autoras de estas historias; a mí parecer todos tienen encanto y algún punto que los hace interesantes.
La canción de Ayame, de Javier Pavía Fernández
Se trata de un relato que bien podría recordarnos a los cuentos de hadas clásicos japoneses. Está dividido en seis capítulos y nos narra la historia de Yukiko, una música anciana y ciega que va de aquí para allá compartiendo sus canciones con su shamisen. La más popular es conocida como La canción de Ayame. Sin embargo, a Yukiko no le importa la fama, pues tras la canción hay una historia real, la suya y la de su querida Ayame. De esta manera el autor nos lleva al pasado y nos narra con gran delicadeza y melancolía un extraño suceso que, de manera inevitable, enlazará con el presente de Yukiko. Y es que, no se puede eludir el destino.
Acero, de Laura G. W. Messer
Tras una historia con tintes muy tradicionales, damos un giro a este relato de ciencia-ficción en la que los samuráis, los daimyo, y las muñequeras-daisho juegan un papel crucial. De la mano de Ichigo, conocemos una guerra entre dos grandes corporaciones en un mundo futurista con corporaciones dirigidas por señores samuráis que esperan de sus vasallos máxima lealtad. Sin embargo, también hay ronin mercenarios, traiciones y giros inesperados. Puede resultar extraño ver mezclados términos japoneses como “seppuku” con otros sacados de un entorno puramente tecnológico, como “gafas de realidad virtual”; con todo, la combinación resulta original y una vez entras en el juego, no resulta difícil de seguir en absoluto.
El gorrión y el dragón, de Tamara Egea Moral
De nuevo, volvemos a ese entorno tradicional de katanas, señores feudales y ninjas. La protagonista de historia es Suzume, hija de un samurái que sirve a un señor a feudal, aunque ella no es solo una samurái y ya he dicho que por aquí hay ninjas. La historia empieza en pleno conflicto: Ryu, el aprendiz del padre de Suzume, ha sido condenado injustamente a muerte. El padre lo ha liberado, desobedeciendo a su señor y ha de pagar las consecuencias. La situación es complicada para la familia y no tardarán en ir a buscarlos. ¿Estará preparada Suzume?
Al leer el relato no he podido evitar acordarme de películas como La casa de las dagas voladoras, crudas peleas acrobáticas y una pizca de drama, que siempre va bien, ah, y de magia, así que mejor todavía.
El cazador de estrellas, de Laura G. Sanz
De nuevo, viajamos a un mundo inspirado en el Japón más tradicional, aunque en esta ocasión la mitología y las leyendas juegan un papel importante. Noaiki es un afamado herrero que vive con su esposa y su hija. Un día, recibe un encargo un tanto peculiar: una espada, la mejor espada que se pueda forjar. El herrero pone todos sus esfuerzos el su fabricación, ¿pero quién será el guerrero que la esgrima? El misterio sobre aquellos que han hecho el encargo se mantiene a lo largo de todo el relato por lo que es difícil perder el interés.
Esta es una historia sosegada y dulce, sin grandes dramas o conflictos que nos recuerda a los mitos shintoistas y a las antiguas leyendas. Es como un respiro tras las historias anteriores, llenas de acción.
Ecos del pasado, de Andrea D. Morales
Sin duda, este es uno de los relatos que más me han sorprendido. Las geishas de una okiya de Kioto, guardan un oscuro secreto: son un grupo de onna-bugeishas que protegen al país de la catástrofe, del apocalipsis… Y no quiero contar más porque me da miedo hacer spoiler. La verdad es que esta historia que sorprende a cada página. Es un cuento de fantasmas llevado a la era moderna y que mezcla lo tradicional con lo contemporáneo con gran originalidad. Sí os dejaré algunas de sus primeras líneas para que os hagáis una idea:
Héroes de lo desconocido, de María Cristina Cano
Con este relato la autora nos lleva al Japón del siglo XXI, en concreto, al 2011. El protagonista, Daisuke, es uno de los bomberos que trabajó en la central de Fukushima tras el terremoto y el tsunami. Es un hombre corriente, con esposa y un hijo que lo esperan en casa. Daisuke lleva junto a él un muñeco de su hijo, la figura de un samurái, un héroe, que lo inspira y le da aliento.
La narración es clara y tranquila, sin embargo, conocemos el peligro latente y constante al que es sometido el protagonista mientras está en el central. Olemos el peligro y el miedo sin necesidad de trepidantes escenas de acción. Me aparecido un digno homenaje a aquellos llamados “héroes de fukushima” y, por cierto, muy bien documentado.
Alianzas ineludibles, Aroa R. Zúñiga
La autora de Proyecto: Data P (y una de las juezas del concurso de relatos Katana y brujería) nos lleva a un Japón futurista en el que el sistema de castas, liderado por los samuráis, pervive, así como ciertas costumbres y tradiciones. Aiko es la heredera de un importante clan y, por deseo de emperador Eterno, ha de casarse con el heredero del clan rival; por supuesto, este anuncio disgusta a Miyu, la amante de Aiko. El drama está servido.
Esta es una historia de ciencia-ficción llena de sorpresas, en un mundo en el que se habla con total normalidad de cinturones de asteroides, pero en el que igualmente hay que guardar el protocolo como si de una corte medieval se tratara. La autora mezcla a la perfección los conceptos del Japón más clásico con otros propios de la ciencia-ficción. Y no penséis que este relato se parece a Acero, de Laura G. W. Messer; en absoluto. Las dos escritoras crean cada una su propia ambientación, con sus reglas y sus tramas.
Los cuatro caballeros, de Leticia Goimil Garcia
De nuevo, nos zambullimos en el Japón mágico más tradicional, plagado de criaturas mágicas, mitos shintoistas, profecías… Esta historia es la historia de Ryoko, una muchacha que vive y sirve en un templo. Entonces, conoce a un ronin, un hábil guerrero que busca los llamados “cuatro caballeros”, cuatro objetos vinculados a las estaciones del año. Al conocer al ronin, Ryoko comprende que, aunque es el único hogar que conoce, el templo no es su sitio y que su destino es otro.
La narración entrelaza el presente, en el que Ryoko viaja sola y aparentemente perdida, con el pasado. Poco a poco, vamos desentrañando la historia y atando cabos. Es interesante ver como en tan pocas páginas un personaje puede crecer y madurar tanto.
Dragón y Halcón, de Alister Mairon
Seguimos en la línea más tradicional, con samuráis y clanes en disputa. Hayato ha de infiltrarse en el castillo de una poderosa daimyo con la intención de liberar a Ryu. La autora juega con el presente y con flashbacks que nos cuentan quienes son esos personajes y qué los une: la guerra, la amistad, el honor y el amor. Con una premisa muy sencilla, la autora logra mantener el suspense y la acción, así como mostrar el desarrollo de los personajes. Otro aspecto a destacar es la presencia de un personaje transgénero (Ryu), algo poco frecuente en historias que se desarrollan en un sistema feudal, me alegro de que se vayan rompiendo los moldes.
Por cierto, Alister Mairon también tiene un relato en la antología Katana y Brujería, Inari reclama, y me ha gustado volver a leer una de sus historias.
Los cuatro cortes de Makoto Daini, de Pau Ferrón Gallegos
En esta ocasión viajamos a otro mundo futurista que sigue sus propias reglas (de verdad, ¿cómo podéis construir mundos tan consistentes en tan pocas palabras?). Estamos en una ciudad flotante con naves espaciales y con cierta fijación por la cirugía estética, vaya, que es uno de esos mundos distópicos que al conocerlos piensas “pues tiene cierto parecido con el nuestro…”. En la ciudad está de moda vestir o adoptar costumbres del pasado, y por supuesto, el protagonista se ha dejado llevar por esa moda. Se trata de un joven de rasgos occidentales que está obsesionado con la cultura nipona, es alumno aventajado de kendo y sueña con hacerse la cirugía estética para parecerse a un japonés. Incluso ha decidido cambiar su nombre por el de Makoto Daini. Para lograr el dinero se mete en peleas organizadas y en una especie de mafia muy peligrosa…
Es un relato lleno de acción donde la venganza y la redención juegan papeles muy importantes.
La espada del shogun, Eduardo Enjuto
Damos un salto para zambullirnos en el Japón feudal, en concreto, en el inicio del shogunato de Tokugawa (inicios del siglo XVII). Nuestra protagonista es una niña llamada Emiko que sirve en la casa de un samurái, el cual, la trata casi como a una hija. Emiko se siente fascinada y atraída por un objeto que acaba de llegar a la casa y que ha de ser entregado al mismísimo Hattori Hanzo, el cual se la ofrecerá al shogun; la espada es la Honjo Masamune, un arma histórica que perteneció en verdad a la familia Tokugawa durante generaciones. Resulta interesante dar con un relato basado en personajes históricos, aunque ellos no tienen tanta relevancia como Emiko, pues el autor nos muestra especialmente su mundo interno, sus sentimientos, miedos… Supone otro respiro tras la acción del relato anterior.
El amor en tiempos del seppuku, de Nairam Allábaz
Toshiro es un samurái que encuentra un extraño portal y decide atravesarlo, apareciendo en el Japón actual. Allí conoce a Keshika, una joven que se siente atraída por él. Por supuesto, él también la desea y acaba por surgir el amor. Pasión, romance, viajes en el tiempo y un inevitable choque cultural. ¿Pordrán Toshiro y Keshika hacer frente a las diferencias? ¿Triufará el amor? Desde luego no será fácil que un samurái del periodo feudal y una mujer moderna y libre lleguen a entenderse…
Este es sin duda el relato más simpático de todos, el punto y final a la antología que, tras numerosos dramas, nos roba una sonrisa y además, con sorpresa final.
Y hasta aquí mi reseña de Katana: una antología samurái. Como veis, no he querido entrar demasiado en valoraciones personales, mi objetivo es que os hagáis una idea de lo que os vais a encontrar y decidáis. Aunque si me preguntáis os diré que mis favoritos son Ecos del pasado y Alianzas ineludibles. El orden de los relatos me parece correcto, intercala aquellos que contienen más acción con los más tranquilos, así como los distintos géneros; de esta manera la lectura resulta variada, aunque por supuesto podéis decidir leerlos en otro orden.
Y vosotros, ¿lo habéis leído ya? ¿Cuál es vuestro favorito?