En esta entrada, volvemos a sumergirnos en el folclore y la mitología niponas. Si en con el Abecedario del Japón fantástico hicimos un repaso a diversas criaturas, divinidades y personajes de cuento, entre los que se incluía el funayurei, el fantasma de mar; en esta ocasión vamos a hablar de seis yokai que puedes encontrarte si navegas o si te acercas a orillas de mares y ríos. Así que si no eres de secano, ten mucho cuidado, algunos de ellos son terriblemente peligrosos.
¿Por qué dedicar un post sólo a yokai acuáticos? ¿Tantos puede haber? Sí, y muchos se quedarán en el tintero. Hay que tener en cuenta que Japón es un país formado por decenas y decenas de islas, muchos de sus habitantes han vivido durante siglos de la pesca y para ellos el mar es un escenario de gran trascendencia, tanto para la vida cotidiana como para cuentos fantásticos.
1. Umibozu, el monje solitario
Umibozu es uno de los más conocidos y temidos. A grandes rasgos, es una tormenta que hace naufragar los barcos. Cuando los marineros salían a faenar, debían rezar a los dioses, de no hacerlo, el umibozu aparecía acabando con las vidas de todos ellos y destrozando el barco.
Tiene una gran cabeza redonda y en ocasiones se le describe con un pico y, otras veces, sin ningún rasgo facial, como ojos o boca. Es de color negro y textura viscosa. Se cree que son monjes budistas ahogados, pues su cabeza redondeada recuerda a la de los bonzos.
2. Kappa, no es tan peligroso
Es uno de los yokai más populares de Japón y, aunque el nombre nos resulte familiar, la mayoría de gente cree que es una especie de tortuga, aunque es mucho más que eso.
Se cree que los kappa antiguamente eran poderosos dioses de los ríos y, respondiendo a las plegarias, frenaban inundaciones y otros desastres. Sin embargo, a medida que el hombre aprendió a construir diques y paliar los efectos de estos fenómenos naturales, los kappa dejaron de ser venerados y se debilitaron.
Dependiendo de la zona y de la época, son descritos de una manera u otra. Normalmente tienen el tamaño de un niño pequeño con aparecía de reptil, anfibio o tortuga. Pero el rasgo más característico es una coronilla ahuecada en forma de plato lleno de agua, si ese agujero se vacía, el kappa se sentirá mareado y se desmayará. Si te encuentras uno, es posible que te quiera comer, pero tranquilo, es fácil escapar de sus voraces intenciones. Haz muchas reverencias y salúdalo con cortesía, pues si el te devuelve la gesto, su cabeza se vaciará de agua y quedará fuera de combate. También siente aversión por el metal y los guisantes, y lo entiendo perfectamente, yo también odio los guisantes.
3. Ikuchi, el más grande de los yokai acuáticos
Estamos ante un pez o serpiente marina de grandes dimensiones, quizá un equivalente al kraken europeo. El Ikuchi puede ser tan grande que un barco puede tardar horas e incluso días en navegar sobre él. Este gigantesco yokai tiene la piel cubierta de aceite y hará lo posible por hundir tu bote en las profundidades llenando la cubierta de aceite. Si no lo descubres a tiempo y sacas el aceite de la embarcación, te unirás al Ikuchi, pues se cree que son náufragos que buscan la compañía de otros humanos.
En ocasiones adoptan forma humana y merodean por las playas intentando atraer a ilusos marinos. Si se aferra a tu barco y empieza a morderlo, te aconsejo que lo golpees con un remo para mantener al yokai a una buena distancia.
4. Ningyo, la sirena benefectadora
El ningyo es similar a la sirena escandinava aunque goza de sus propias peculiaridades. En ocasiones es descrito como una criatura con cola de pez y torso de mujer, posee una hermosa voz que atrae a los marinos, como ocurre en Europa. Sin embargo, es más frecuente verlo como una gran pez con rostro humano o de mono, una imagen muy alejada de las hermosas sirenas que conocemos.
Se trata de un yokai benefactor, pues su voz suele anticiparse a los tsunami y a los terremotos y sirve para estar alerta. No ataca a los humanos y si uno es dañado, la zona sufrirá grandes desastres naturales. El cuento más popular que se narra del ningyo es el de una joven que por accidente comió carne de ningyo haciéndose inmortal. Durante ochocientos vagó por el país sin envejecer, sola y afligida por ver morir a cuantos amaba. Finalmente, encontró a otro ningyo y le suplicó que la liberara del maleficio; el yokai hizo caso a sus plegarias y la mujer murió tranquila y en paz. Este hecho, el de comer carne de ningyo para alcanzar la inmortalidad, lo vimos en la película Onmyoji, cuya reseña puedes leer aquí.
Recientemente he visto un cortometraje italiano llamado Ningyo de Gabriele Mainetti, que nos muestra una versión del yokai hermosa y un tanto occidentalizada.
También está en fase de producción una serie de Miguel Ortega que cuenta ya con un capítulo que lleva por título The Ningyo. Te dejo el trailer, verás que tiene una estética steampunk muy chula y promete ser interesante.
5. Isonade, el gran tiburón de Nagasaki
El Isonade es un terrible monstruo marino con aspecto de un gran tiburón. Rara vez se deja ver, pues siembre se mueve por debajo del agua, sin embargo, si el viento sopla con fuerza y el agua cambia de color, un isonade puede rondar cerca. Si ves su gran cola llena de espinas, similar a la de un tiburón, ponte a rezar, pues la utilizará para arrastrarte a ti y a tu embarcación a las profundidades y devorarte.
Sobre todo se le ha visto cerca de la ciudad de Matsuura, en la perfectura de Nagasaki, aunque nunca se sabe dónde puede aparecer, así que permanece atento a las señales.
6. Nureonna, mujer peligrosa
Nureonna significa literalmente “mujer húmeda”, también es llamada isoonna, mujer de la costa. Este es uno de los yokai más agresivos que encontramos en el folclore japonés. Se trata de un yokai con cuerpo de serpiente y cabeza de mujer, puede llegar a medir trescientos metros de longitud y es casi imposible escapar de él. Está relacionado con otro monstruo, el buey-diablo, y se cree que es el mismo yokai adoptando distintas formas.
Aparece en playas, zonas pantanosas y a la orilla de ríos y lagos. Una leyenda cuenta como un pescador, de regreso a casa tras su dura jornada de trabajo, encontró a una mujer con un bebé en brazos que se le acercó y le pidió que sostuviera al niño (hecho que recuerda a la ubume, de la cual puedes leer en este artículo). Acto seguido, la mujer desapareció en el mar. El hombre, extrañado por aquel comportamiento, dejó al bebé en la playa y corrió a refugiarse en una cabaña de pescadores. Entonces, el yokai regresó en forma de buey-diablo (por eso se considera que son la misma criatura) y se lamentó por haber perdido a su presa. Por eso, si paseando por la playa o por la orilla de un río, una mujer de cabellos empapados te pide que cojas a su bebé en brazos corre tanto como puedas y quizá así salves la vida; pues si le haces caso, el bebé se pegará a ti como una lapa y, de ese modo, el yokai te atrapará y de devorará.
Y hasta aquí este breve repaso a los yokai marinos más populares, espero que te haya gustado este post y te haya servido de inspiración. Muchas gracias por leer, si ha parecido interesante, comparte en tus redes sociales y suscríbete.