Esta semana nos adentramos de lleno en el folclore y en la mitología shintoistas con estas dos divinidades, Izanami e Izanagi (o Izanaki, puedes encontrarlo de las dos formas). Estos dioses nacieron de las siete generaciones de divinidades shintoistas y son padres de un sinfín de dioses. Para mí estos mitos son muy especiales, pues he bebido de ellos para crear Shirukuni y allí, estas divinidades son una realidad.

Izanami e Izanagi, creando el mundo

Izanami significa “mujer que invita”, también es conocida como Izanami-no-Mikoto y Izanami-no-kami. Es la diosa de la creación y de la muerte. Izanagi significa “hombre que invita” y también es llamado Izanagi-no-mikoto. Juntos pusieron orden al mundo y crearon la primera tierra utilizando la lanza celestial; con la lanza removieron las aguas del mar y de ella brotó la tierra. Gracias a eso, la vida pudo surgir, pues hasta entonces la tierra y el mar embravecido se mezclaban y no había suelo firme sobre el que pisar.

Un dato curioso es que, cuando se casaron, ella dijo “¡qué hombre tan apuesto!” y él respondió “¡qué mujer tan hermosa!”. Los primeros hijos que tuvieron fueron deformes y no se les consideró dioses. Preocupados, preguntaron a otros dioses que podían hacer, estos explicaron que debían repetir la ceremonia nupcial y que Izanami debía esperar, pues no era correcto que ella hablara antes que su esposo. Por lo tanto, volvieron a celebrar su boda. Izanagi dijo “¡qué mujer tan hermosa!” e Izanami contestó “¡qué hombre tan apuesto!”.

Desde entonces, crearon juntos las ocho grandes islas que forman el Japón actual: Awaji, Sado, Iyo, Tsukusi, Ogi, Iki, Tsusima y Yamato. También engendraron numerosos dioses e Izanami murió al dar a luz a Kagutsuchi, el dios del fuego. Izanagi sintió tanta rabia que mató a Kagutsuchi dando lugar a varios dioses más pequeños. Izanami fue enterrada en la frontera de las provincias de Izumo y Hoki.

De diosa de la creación a diosa de la muerte

Izanami viajó al Yomi (el reino de los muertos), en Shirukuni, la situé directamente en el Jigoku, pues en el folclore japonés existen varios infiernos y preferí simplificar. Es inevitable acordarse de la mitología griega por varios elementos que ahora te explicaré.

Izanami esperó en soledad a que su esposo la fuera a buscar, pero él no apareció, así que probó la comida del Yomi quedando atada al reino de los muertos (como Perséfone, que quedó ligada al Hades por la misma razón). Finalmente, desesperado por el dolor, Izanagi decidió ir a buscar a su amada esposa. Pero ya era tarde. Bajó al inframundo y en, las tinieblas, oyó la voz de su esposa: “has tardado demasiado, no puedo marcharme”, le dijo. Ante la insistencia de él, ella le explicó que había una manera, pero que debía esperar y no mirarla en ningún momento (como Orfeo y Eurídice, o Eros y Psique). Él aceptó y aguardó en la entrada del Yomi, mas Izanami no salía y, angustiado, volvió a entrar. Esta vez, encendió una antorcha y pudo ver el rostro de Izanami demacrado, medio podrido y lleno de gusanos.

Es ahora cuando te narro la huida más cobarde de la Historia, y es que, Izanagi, ¡qué eres un dios! Lo dicho, Izanagi corrió como alma que lleva al diablo espantado por el horrible aspecto que presentaba su esposa. Izanami se puso furiosa, su esposo la había mirado antes de tiempo y encima la abandonaba. Envió a las arpías (similares a las griegas) del yomi para que le dieran caza y ella misma corrió tras él. Al fin, Izanagi salió del Yomi y selló la entrada con una gran roca, impidiendo que Izanami pudiera salir. “Ahora eres la diosa de los muertos, ya no eres mi esposa”, dijo el dios. Llena de rabia y dolor, Izanami juró que así sería: “seré la diosa de la muerte y cada día segaré mil vidas”; “entonces yo haré que cada día haya mil quinientas vidas nuevas”.

Izanagi, padre de dioses

Después de su paso por el reino de los muertos, Izanagi se sentía corrompido y llevó a cabo un baño ritual. Fue entonces cuando, por primera vez, Izanagi engendró dioses sin la ayuda de Izanami. De su nariz brotó Susano-wo, dios de los mares y las tormentas; de su ojo derecho nació Tsukuyomi, dios de la luna y del izquierdo, Amaterasu, la diosa sol, aunque en algunas versiones es al revés y Amaterasu nació del derecho. Izanagi se sintió orgulloso de sus tres nuevos hijos, especialmente de Amaterasu, a quien colocó en el firmamento. En otros artículos futuros, te hablaré de estos tres dioses.

Como te comentaba al principio, en el worldbuilding de Shirukuni, la mitología shintoista juega un papel fundamental. Es por ello que Izanagi y, sobre todo Izanami, son nombrados. Quizá ella, la diosa de la muerte, sea más conocida, pues aparece en literatura, manga y anime. La semana pasada hablé de ella en la reseña Crónicas de una diosa de Kirino Natsuo, donde Izanami aparece y tiene un papel fundamental. También la has podido ver en Naruto (donde también aparece Izanagi) y en Noragami Aragoto.

Espero que te haya parecido interesante este artículo, no olvides suscribirte si no quieres perderte ninguna entrada. Y si quieres descubrir más divinidades shintoistas, aquí tienes los artículos dedicados a Amaterasu y a Tsukuyomi.

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